Shved y los androides naranjas - Diego Souto

Diego Souto - De Alderaan. Periodista por convicción. Trabajador por necesidad. En la esquina para el triple. Cinéfago. Se acerca el invierno...

Mantiene el blog "NBA y Marvel", donde analiza el baloncesto desde un punto de vista diferente.

A veces sueño con androides. Con hombres y mujeres mecánicos que se guían por una programación inmutable. Pétrea. Y no pestañean cuando sufren. Ni siquiera cuando la vida les sonríe. En ocasiones aplasto imágenes de androides ignotos que llegarán antes de que podamos decirles que no. 

No puedo mirar a los ojos del jugador si no veo pasión. Si no sonríes al juego, éste no puede devolverte la sonrisa: “Be water, my friend”.

Una vez vi a Ricky Rubio arengar a Alex Shved. Ambos en Minessota cuando la franquicia estaba en clara reconstrucción y sus aspiraciones eran pocas. El ruso, un chaval, salía a la cancha cabizbajo. Sabía que, una vez más, vendrían mal dadas. El del Masnou le sonrió. “Enjoy”, le dijo. “Eso es todo”. No recuerdo si ganaron aquel partido. El ruso dejó su mejor actuación en la NBA. 

El Basquet Coruña es un androide. Un Terminator hierático sin emoción. Un Alex Shved cabizbajo y sombrío. Nadie sonríe. Y el juego devuelve lo que recibe. Caras largas. Tristeza. Angustia. Anhelos y cabezas en otros lugares. En lesiones y esperanzas que nadie sabe cómo se resolverán.

Fichajes, cortes, decisiones de despacho y sesudos estudios estadísticos. Conversaciones de bar, redes sociales y tertulias de grada… 

Nada de eso mutará el rostro del jugador si, previamente, no vuelve a sonreír. Trabajo, esfuerzo, “bajar el culo y dejarse la piel”. El discurso del necio. Eso se presupone. Si no lo tienes es porque no quieres. Nada de eso es posible si no sonríes. Ningún niño disfruta del mejor regalo del mundo si abre el paquete llorando. Angustiado. Perdido. Triste….

“Enjoy, eso es todo”. Sin eso no llegarán las victorias. Ni el trabajo. Ni el esfuerzo. Ni siquiera la ilusión.