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Un luchador...


Aunque el articulo está redactado por Pablo Alonso, todos los miembros del Nordés Naranja nos sentimos reflejados en él.





Ayer, tras la noticia tan triste del fallecimiento de Michael Uchendu me puse a releer el “Whatsappeando” que le hicimos en enero para el Boletín del Nordés. Michael nos decía que todavía tenía muchas cosas que entrenar y mejorar, que le encantaría jugar en ACB el año que viene, pero que si tenía que seguir en LEB no tendría problema, que todo tiene su tiempo y la LEB era un buen lugar para jugar y evolucionar… Es muy triste saber que ya no vas a poder cumplir ese sueño Michael, que ya no te vamos a ver más en una pista con esa cara tan seria con la que nos sorprendiste el primer día que te vimos en Marín, que no vas a poder seguir mostrando esa evolución y ese paso adelante que diste la temporada pasada cuando el equipo te necesitó ante la marcha de Araujo. Tu meta no era la ACB, era la NBA. Eras un chico ambicioso y que quería llegar lejos en el básquet. Por eso, pese a tus 21 años te lo tomabas tan en serio. Para ti los entrenamientos eran una guerra y no había relajación, los partidos eran minutos de concentración (aunque tu inexperiencia y juventud todavía te jugase malas pasadas). Por eso no había sonrisas en la cancha. Pero sí para los niños al acabar.

Me habría encantado verte rebotear otra vez en la zona rival, machacar con fiereza su aro, taponar sus entradas y también me habría encantado seguir sufriendo contigo cuando ibas a la línea de tiros libres, o cuando te jugabas una bola que no tocaba. Porque hasta eso voy a echar de menos Michael.

Seguí leyendo las respuestas que nos dabas y entonces me quedé helado. Ante la pregunta que le hacíamos sobre qué característica te definía mejor, nos contestaste “Creo que soy luchador en la cancha y en la vida. Yo siempre lucho hasta el final”. Seguro que luchaste como un jabato Michael, que te rebelaste contra ese destino que te esperaba en esa moto de agua cuando estabas disfrutando feliz de un día de vacaciones. Y aunque en la cancha casi siempre tu fuerza te hacía salir victorioso, esta vez la vida (la muerte) te sorprendió porque ella era más fuerte. Pero estoy seguro que luchaste, porque así eras tú, un gladiador, un boxeador como tu padre…

D.E.P. Michael

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